La aventura de ser docente.

LA AVENTURA DE SER DOCENTE.

Más que una aventura, una extraordinaria experiencia. Inicié mi actividad docente como algo incierto pero no porque así fuera, si no por no saber el lugar preciso que se me había asignado. El comienzo de ésta increíble aventura fue en la Selva Lacandona en el estado de Chiapas, mi primer viaje duró 12 horas en camino de brecha y otras 6 horas caminando, después de algunos días de incertidumbre llegué al lugar indicado. Una comunidad no mayor de 1000 habitantes, en la que ya había un buen tiempo que no existía maestro y la tarea por iniciar fue titánica, una lengua que no se domina, un entorno natural maravilloso, difícil de asimilar y sobre todo un mundo de problemas que había que resolver.

El ser docente es un arte que poco a poco se va adquiriendo, una actividad en la que el maestro debe poseer atributos que le permitan metafóricamente encantar y dominar a sus alumnos, pero no es reprimiendo al niño de forma constante como se puede actuar fuertemente sobre él, sino es con lentitud y buscando los medios necesarios para impresionar hondamente las almas, el poder magnetizador es la autoridad que él saca de las circunstancias. La autoridad moral es la principal cualidad del educador. El acercamiento implica seguridad, porque el niño no puede dar confianza a una persona a quien ve vacilar o tergiversar. Debemos entender que la libertad es hija de la autoridad bien entendida, la libertad es flexibilidad, es proceder con razón y cumplir con deber. El niño debe reconocer la autoridad en función a la palabra del educador.

La profesión docente no es eminentemente una actividad, es una vocación de servicio, el maestro se esfuerza por persuadir la amistad de los alumnos, es alguien que asume la responsabilidad de la trascendencia en la vida de cada una de sus alumnos, el docente es un ser humano con problemas y errores, pero siempre está consciente de las metas a las que desea llegar, como educadores debemos estar comprometidos con los alumnos, con la educación y la trascendencia de nuestros alumnos.

En nuestra actividad siempre debe uno prepararse, actualizarse y utilizar nuevas metodologías didácticas. Estamos inmersos en la transformación, la innovación y la creatividad de nuevas formas de percibir y dimensionar la actividad docente.